lunes, 18 de noviembre de 2013

“A los Carmelitas proteja tu nombre…”



Ambientación:

El mes de noviembre está dedicado a la memoria de todos los santos. Meditar sobre ellos y querer cumplir la petición de Jesús “sed santos como vuestro padre celestial es santo” (Mt 5, 48) es también querer glorificar a María. Ella nos protege y nos alienta con su propio testimonio a ser fieles reflejos de Cristo. El carmelita bajo la capa de la Virgen del Carmen quiere descubrir en ella el modelo de una vida. Quiere ser como ella. Desear sentir la seguridad que su rostro desprende por haberse fiado plenamente de Dios. Los santos carmelitas que tanto amaron a la Virgen, se educaron en la “Escuela de María”. Y Ella fue el trampolín del que se lanzaron a la santidad que ahora disfrutan.
Decía San Buenaventura: "Jamás leí que existiera santo alguno que no profesara una especial devoción a la Gloriosa Virgen"
 


Del evangelio según san Mateo

Todavía estaba hablando a la multitud, cuando se presentaron su madre y sus hermanos, que estaban afuera, deseosos de hablar con él.
Uno le dijo: - Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y desean hablar contigo.
Él contestó al que se lo decía: - ¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos?
Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: - ¡Ahí están mi madre y mis hermanos!
Cualquiera que haga la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Mt 12, 46-50


·              ¿Acepto en mi vida la voluntad de Dios?

·        ¿Medito la Palabra de Dios en mi vida cotidiana?

 ¿        Busco en mi vida ser, como decía Beato Tito Brandsma, “otras Marías”?


Oración final:

Madre y hermosura del Carmelo, Virgen de la escucha, abre nuestro corazón para que sepamos acoger las palabras de tu Hijo.
Madre y hermosura del Carmelo, Virgen de la escucha, abre nuestro corazón y nuestra inteligencia para que sepamos escuchar las palabras de tu Hijo y las pongamos en práctica.
Madre, haznos fuertes en nuestro propósito. Amén.