jueves, 12 de septiembre de 2013

«Este camino es bueno y santo. Seguidlo»


El legislador del Carmelo acaba el capítulo XV de nuestra Regla con las palabras del profeta Isaías: «Este camino es bueno y santo. Seguidlo». Sí, toda la Regla del Carmelo es un camino santo y bueno. Siguiéndolo se han santificado una pléyade incontable de almas generosas que han querido seguir de cerca las huellas de Jesús.

Los santos nos enseñan que en todos los tiempos, aun los más críticos y difíciles, es posible llevar una vida verdaderamente cristiana y santa. Porque «nada nos puede separar del amor de Cristo». Los santos han sido luz que brilla en las tinieblas en los momentos críticos y oscuros de la Iglesia.


El Carmelo nos ofrece un camino válido también para nuestros días, en que el mundo, con síntomas evidentes, ha comenzado o está caminando por un nuevo período de su historia. Los carmelitas, dejándose guiar por el Espíritu, procuran adaptar su misión a las nuevas condiciones y examinar e interpretar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio y de su patrimonio espiritual.

Ante la realidad de la hora presente, el Carmelo define así su misión: Buscar y vivir en este mundo la presencia de Dios vivo y verdadero que, en la persona de Cristo, habitó entre nosotros; mediante nuestra caridad fraterna, la fe y la esperanza de que Dios es todo en todos los hombres, esforzándonos en ser testigos de esta verdad escatológica, sensibilizando a los demás en el descubrimiento de esta presencia de Dios en sus vidas y destruyendo los ídolos de una falsa religiosidad.



«ESTE CAMINO QUE OS OFRECEMOS, PUES, ES SANTO Y BUENO. SEGUIDLO»

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