Ambientación:
Hemos comenzado un nuevo año. Y en nuestro interior surgen
multitud de buenos deseos, de ilusiones, de proyectos… Queremos seguir
construyendo el Reino de Dios entre nosotros. ¿Pero como ser contructores de
todo eso? ¡Hay tanto por hacer! ¿Por dónde comenzar? Tendremos que ser
conscientes de nuestras limitaciones y nuestra pequeñez. Dejar de pensar en ser
heroes de comic y ser heroes de los pequeños gestos cotidianos. Y así como nos
moja la lluvia, gota a gota, hasta dejarnos empapados. Pidamos a Nuestra Madre
ser gotas que van empapando todo lo que alrededor de nuestras vidas nos vamos
encontrando.
Que los versos del poeta carmelita Fray Pedro de Padilla,
amigo de Cervantes y Lope de Vega, nos lleven a confiar en María nuestras
peticiones, como nuestra madre y mediadora.
Pedid y os
darán, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán, pues quien pide recibe,
quien busca encuentra, a quien llama se le abre. ¿Quién de vosotros, si su hijo
le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide pescado, le da una culebra? Pues
si vosotros, con lo malos que sois, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
¡cuánto más dará vuestro Padre del cielo cosas buenas a los que se las pidan!
Mt 7, 7-11
Oración:
Sin que nuestro demerito
lo vede,
Hace
siempre el oficio de abogada
Con
el que todo lo que quiere puede,
Y
de quien es tan tiernamente amada;
Y
nunca en tal efecto le sucede
No
salir su demanda despachada
Porque
en el consistorio soberano
Jamás
ha dado petición en vano.
Con el Hijo intercede como
madre
Y
así le otorga cuanto pide y quiere:
Y
como á hija tal el sumo padre
No
le ha de negar cosa que pidiere,
Y
lo que á nuestro bien se ajuste y cuadre,
Siempre
que granjearlo pretendiere
Del
Espíritu inmenso sacrosanto,
Lo
tendrá cierto, por amarla tanto.
Y como por los hombres
pide y ruega,
Del
uno y trino siempre tan amados,
Por
amor, para verlos libertados,
De
los tres nunca nada se le niega,
Antes
huelgan de ser importunados;
Que
amado siervo que tan caro cuesta
Intercesión
por él nunca molesta.
Y más cuando persona tal
la hace,
Que
aunque en efecto aquel se aborreciera,
En
fe de lo que agrada y satisface
Quien
lo pide, con gusto se hiciera;
Y
así no hay cosa que la Virgen trace,
Y
para el bien de los humanos quiera,
Que
de su intercesión al primer lance
Como
la significa no la alcance.…
El segundo lugar la Virgen
santa
Tiene
para valer al hombre humano,
Y
su favor á tanto se adelanta
Que
nadie la llamó jamás en vano:
Y
es la merced que hace tal y tanta,
Y
el bien que se reparte por su mano
Como
de Dios le tiene tan sin tasa,
Que
á toda relación humana pasa.
Fray Pedro de Padilla,
O.Carm.